Simón, mira que Satanás ha pedido zarandearlos a
ustedes como si fueran trigo, pero
Yo he rogado para que tu fe no falte...
Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, fortalece a tus
hermanos.
La prueba de
embarazo casera, daba por segunda vez, un resultado positivo. Tenía una semana
de retraso y la noticia fue impactante…
Habían pasado unos meses desde que había visto a Sara junto a la ventana, viendo al cielo, en una actitud demasiado quieta para la energía que desborda una niña de tres años.
Habían pasado unos meses desde que había visto a Sara junto a la ventana, viendo al cielo, en una actitud demasiado quieta para la energía que desborda una niña de tres años.
- - Que miras? Esperas que pase el último
vuelo?
- - No, mami. Espero a ver una
estrella, para pedir un deseo.
- - Un deseo? Y no me lo cuentas?
- - Claro, deseo un hermanito
- - Ah hija, porque no lo pides al
Señor, entonces? El hizo las estrellas,
y muchas cosas más, El si de veras que concede nuestros deseos.
Entendió, y
junto sus manitos, mientras nos uníamos en oración pidiendo nuestro deseo.

Así que cuando
finalmente confirmamos la noticia de mi segundo embarazo a esa edad, la alegría
y el entusiasmo fue tal, que antes de la sexta semana de embarazo ya teníamos en
inventario, algunos artículos escogidos por Sara, para mimar ese bebe, apenas
naciera.
Avanzaba hacia
el tercer mes, cuando acudí al ginecólogo por mi segundo ecografía… allí, recostada
frente a los monitores, vi que la expresión del rostro del médico no era la que
esperaba, la noticia que leí en el informe que el dicto, me desbasto: no había latidos
cardiacos, el embarazo no avanzaba. Debía
repetirla en unos días, pero no era alentador su pronóstico: Así con cada nueva
ecografía que realizamos después de aquel día, constatábamos que el saco
vitelino seguía desmejorando y el bebe era cada vez menos visible. Seguía sintiéndome más embarazada que nunca,
oraba sin cesar día y noche, pero el diagnostico se confirmaba, con cada nuevo
estudio, estaba pasando por un aborto retenido.
Había perdido a
mi bebé, en una etapa de mi vida, en la que recuperarme, y esperar otro
milagro, era una opción que aquel médico no quería ni considerar aconsejarme !.
Enfrentar un
aborto, en plena juventud, es sumamente traumático y doloroso, y tener que
hacerlo cuando ya el medico no nos alienta, y nosotras mismas estamos,
conscientes de la proximidad del inicio del período del climaterio femenino, en
realidad puede resultar bastante difícil de manejar.

Cada frase del sermón
penetraba en mí, mientras un rio de lágrimas, abría el camino a la aceptación del
hecho de que Dios no piensa, ni actúa, como yo. Él es absolutamente Soberano. Y
aunque los eventos que vivamos no se parezcan en nada a lo que esperábamos, estamos
bajo Su cuidado, y lo que ocurra, una vez superada la crisis, siempre, será para
nuestro bien.
Podemos orar
hasta desmayar, y en muchas ocasiones ver la respuesta que esperábamos materializándose,
pero en otras, El solo se reserva los misterios de Sus razones, y si, nos
edifica, nos hace mejores y más fuertes, después de la prueba, pero lo que ya
ha sido determinado en Su Voluntad Soberana, va a ejecutarse, y aun entonces
debemos aferrarnos a su fidelidad.
En aquellos
momentos una consejera, nos sugirió, escuchar el tema de la banda de Tommy
Coomes. “Mi Esperanza esta en Dios”, y aquel himno se repitió en mi habitación innumerables
veces, mientras trataba, junto a mi
esposo, de aceptar lo más duro del proceso… el himno reafirma muchas promesas bíblicas,
para los que esperan en Dios. Y entendiendo que esperar es confiar, podemos
poner los ojos en Jesús, con fe, creyendo que El está más allá de nuestras
limitaciones.
Dos mujeres, que
honro como gigantes en fe, fueron usadas para acompañarnos, con su oración y
calidez, en lo más difícil de aquel proceso. Una consejera y pastora, y la otra
intercesora y profeta… Con ellas compartí la experiencia que compartiré contigo
también, pidiendo te sea de aliento:
Como si yo misma
hubiera estado en el escenario de las últimas horas del Señor con sus
discípulos, y no bajo las gruesas sabanas que me protegian aquella fría noche de octubre, resonó en mi
interior Su frase:


“-Has sido pedida
para ser zarandeada, pero Yo he rogado por ti, para que tu fe no falte” …,
Una vez más, Su Palabra me levantaba… Una vez más
podía escuchar la voz de mi Amado en medio de la tormenta.
Por mas devastadora
que encuentres tu pèrdida, deja que haga eco en tu espíritu esa promesa, hecha
a Pedro en la víspera a la negación de Su Maestro… Puedes ser
zarandeado, a veces, eres pedido para ser llevado al límite de tus fuerzas,
pero confía:
Hay Uno intercediendo por ti, ante el Padre, rogando incesantemente, que tu fe no falte !
Hay Uno intercediendo por ti, ante el Padre, rogando incesantemente, que tu fe no falte !
Reposa en esa verdad. Busca ayuda en tu
proceso, no lo vivas todo solo, si puedes apoyarte en otros que ya pasaron por
donde tu estas pasando. Mientras, oremos juntos, para que ahora mismo, Su Voz
llegue a ti, en el modo que te sea mas apropiado, y Su amor te fortalezca, te sane y te levante.