vio la gloria de Dios
y a Jesús de pie a la diestra de
Dios;
Hechos 7: 55-56
Habrá siempre un momento en tu vida, por no decir que muchos, cuando te
lanzaran piedras.
A veces será porque caíste… y encima
de tu vergüenza, dolor, y desanimo para seguir, sentirás los dedos acusadores
rodearte, los empujones inmisericordes, y el dolor de las piedras hiriéndote aún
más de lo que ya te hizo sufrir tu caída. Este es el caso ilustrado por la situación
de la mujer adúltera lanzada a los pies de Jesus por los falsos moralistas de
la época. Y este es también, para tu consuelo, el caso en que se aplica enfáticamente,
la enseñanza a los Romanos,
“Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para
su propio señor está en pie, o cae;
pero estará firme, porque poderoso es el Señor
para hacerle estar firme”
Romanos 14:4
Otras veces, de manera aún más injusta, te acusaran y lanzaran piedras,
precisamente porque no has caído, pero... oh… cuantos se alegrarían de que así
fuera…!!
En ambas ocasiones, ser dignos, saber cuándo callar, y cuando responder, si
hay a hacerlo… es lo que marca qué tan grande será tu momento posterior a las
piedras lanzadas. Jesus respondió a uno de las autoridades de su época que lo
presionaba a defenderse: “Tu no me quitas la vida, yo he decidido ponerla…” y
lo que queda entre líneas reconocer, es que también por ese hombre eminente, que
creía poder salvarle, Jesus estaba sacrificando Su vida.
Escuchaba hace unos días al pastor Ricardo Di Rocco enseñar, sobre Esteban,
siendo apedreado frente a Pablo. No pienso que el momento más soñado de
nuestras vidas debe ser ese, no creo en auto-castigos para ganar nada, creo en
la gracia de Dios que nos concede todo. Pero si puedo afirmar que ese momento posterior
a sentir las piedras cayendo sobre ti, siempre será grandioso. Tu reacción mostrara
al mundo físico y espiritual, quien eres, y hacia donde vas.
Fue en el momento en que Esteban cayo entregando su espíritu, tapiado por piedras,
cuando rogo perdón para aquellos que lo apedreaban, y allí, los peores enemigos
de su fe, recibieron el testimonio de amor más grande de sus vidas. Es también
para nosotros, que estudiamos las escrituras buscando descubrir sus tesoros,
tal como explicaba el Pastor Di Rocco, el momento de descubrir la verdad mas impresionante
del relato bíblico, si Esteban podía en este momento mostrar la madurez plena de
su carácter cristiano, si su corazón estaba listo para cambiar las maldiciones que escuchaba por bendiciones, podía entonces ver a La Gloria del dios Vivo
Has rogado estar listo, para que la Gloria de Dios se muestre a tu vida, a tu hogar,
a tu carrera, a tus sueños, a tu ministerio, a tus finanzas, en presencia de,
incluso, tus opositores?
Quizá deberíamos detenernos en ese momento en que son lanzadas las piedras,
o en que las maldiciones resuenan al oído, culpable o no, solo Dios juzga, y
solo El hace estar de pie nuevamente al caído, pero nosotros examinemos,
nuestra reacción:
Si podemos, como dice
un proverbio anónimo muy actual, "construir nuestro propio castillo con las
piedras que nos son lanzadas", entonces hemos honrado lo que decimos ser, y solo
ahora, resplandeceremos, como nunca, ante nosotros mismos y ante Aquel que nos amó.
Oremos juntos, para que, si este es el momento de
sentir el dolor de piedras caer sobre tu rostro, oír las acusaciones y los
juicios apresurados, puedas ser fortalecido, y aprovechar el momento para convertirte
en ese, que ve cumplida la promesa del Señor escrita por la mano del profeta Isaías….
Levántate, resplandece porque ha
llegado tu Luz y la Gloria del Señor ha nacido sobre ti !!
Isaías
60:1