miércoles, 27 de abril de 2016

Venezuela, Hay Grito de Alarma en tus Plazas!

Como Llego el Grito de Alarma a Nuestras Plazas !!

Que nuestros bueyes estén cargados de alimentos. Que ningún enemigo penetre nuestras murallas, ni nos lleve cautivos, ni haya gritos de alarma en las plazas de nuestras ciudades. Salmo 144:14

Tiempo de oración es este dia… hay grito de alarma en nuestras plazas!!. 
Fuerzas que deberían luchar aliadas por el avance de una nación bendita, están chocando en las calles.  Ha ido en avance la cadena del sinnúmero de angustias, que doblan la cerviz del grueso de la población venezolana.

Gritarnos culpas, salpicarnos unos a otros con insultos y maldiciones, mientras lanzamos piedras o juntamos basura para bloquear las calles, es ya la expresión de algunos grupos desesperados. Mientras otros, dominan y ordenan la represión, a como dé lugar, luchando por mantener un orden que sin Dios y sin justicia, es solo temporal y falso.

Procurad la paz de la ciudad, porque en esa paz, tendrás la tuya, es la expresión bíblica que viene a nuestros corazones en este momento. El consejo que nos llega a través del libro del profeta Jeremías.

Procurándola, podríamos hacer eco de algunas de  las célebres frases popularizadas durante el siglo que vivimos, sobre que la violencia solo genera mas violencia, por mencionar alguna… O podríamos citar la enseñanza del Maestro, que nos advierte que con la medida que medimos a otros, nos medirán también. En el seno de mi hogar paterno, la sabia advertencia seria: - no señales con tu mano, porque cuando un solo dedo apunta a tu blanco, los restantes cuatro dedos, te señalaran a ti.

Me inculpo a mi misma? En cierto modo sí.

Es tiempo de reaccionar,

- Cuando escasea el pan,
- Cuando el enemigo intenta penetrar las murallas de nuestro hogar y nuestros principios peligran, o
- Cuando la cautividad amenaza someter bajo drogas, robos, corrupcion, desigualdad, muerte, ambicion o soberbia a nuestra poblacion.

Si estas tres amenazas no se detienen, inevitablemente, vendrá, inevitablemente, el grito de alarma a nuestras plazas…. Y yo, como muchos, ignore esas tres situaciones de antesala al " grito de alarma".

He callado ante muchas injusticias, afanada en otras cosas que robaban mi interés, pensando que ya pasaría la situación, que “nada dura para siempre”. He visto pecados ajenos y he tranquilizado mi conciencia, creyendo que los míos son menos escandalosos. He tenido tiempo para orar por mi nación desde niña, cuando se nos advertía en la escuela primaria que debíamos “sembrar el petróleo”, y como todo nos sobraba, menos la integridad, solo cuando he sentido que el caos me toca, vuelvo mi rostro a Dios e imploro su misericordia.

Si alguno ha actuado con mas piedad que yo, con mas integridad, reconozco sus méritos. Pero pesa esta noche la sombra de tinieblas que se mueve reclamando más terreno cada día, mas vidas, mas lamentos, mas condenación, sobre esta nación que es hermosa, es amada, es rica, y es bendita de un extremo a otro.       
Sé que Sus ojos de amor y justicia, miran con misericordia a mi nación, y como muchos de uds., me uno a clamar porque la paz y la justicia divina señoreen sobre esta tierra, recito el Salmo – también como muchos de uds., pensando en mi familia, vecinos y amigos, - “caerán a mi lado mil, y diez mil a mi diestra, mas a mí no llegara” … confío en eso a ciegas, sé que Dios es Fiel para guardar a los que se determinan a vivir bajo Su Abrigo.

Pero no puedo detenerme allí, debo pedirte perdón por mis pecados, debo pedir perdón por mi nación, debo, como se nos advirtió hoy en nuestra reunión de oración, ser un Abraham, rogando que, a causa de unos pocos justos, la mano divina detenga este juicio, y Sus ángeles tomen nuestras calles, que brote el canto de alabanza y gratitud a Ti de la boca de cada venezolano por la liberación espiritual de su nación.

¡Debo pedirte Señor, y con toda mi alma te lo imploro, que cese el grito de alarma en nuestras plazas!!

Que nuestros bueyes estén cargados de alimentos. Que ningún enemigo penetre nuestras murallas, ni nos lleve cautivos, ni haya gritos de alarma en las plazas de nuestras ciudades. Salmo 144:14


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